domingo, 31 de agosto de 2008

Señales de tráfico insólitas (III)

En esta entrega de nuestra serie monográfica sobre las señales de tráfico más inquietantes jamás fotografiadas por el hombre, nos ocuparemos de algunos rombos de advertencia que previenen sobre animales francamente 'curiosos'. Comenzamos con una instantánea tomada cerca de Taro, un pueblo de la isla de Bali (Indonesia):


¡Cuidado con el hati-hati!, un animal fiero donde los haya. Apuesto que el conductor no familiarizado con el vocablo no puede reprimir al menos una sonrisa, por peligrosa que sea la incursión de un hati-hati en la carretera.

Nos trasladamos ahora al Wilsons Promontory National Park (Australia), donde otra señal nos previene sobre la presencia de extraños animales en las proximidades ¿Sabrían decir qué es esto?


Se trata de un wombat, un pequeño marsupial de hábitos nocturnos y naturaleza 'perezosa'. Pero, por pintoresco que sea el wombat, mucho más inquietante es el poderoso cassowary:


No se dejen engañar por las apariencias. Estas aves, que a primera vista parecen inofensivos pavos, pueden llegar a medir dos metros, pesar más de setenta kilos y correr a más de 50 km/h. Así que, si tienen pensado visitar Nueva Zelanda en breve, ¡tengan cuidado con los cassowarys!

La siguiente señal (fotografiada también en Nueva Zelanda), es la más sorprendente de todas las que he visto:


En principio, no tiene nada de particular: advierte sobre los moa, unas gigantescas aves endémicas de más de tres metros de altura y unos 250 kg de peso. Ocurre sin embargo, que los moa se extinguieron allá por el 1500 d.C, de modo que cabe felicitar a las autoridades de tráfico neozelandesas por el envidiable estado de conservación de la señal.

Para la despedida, hemos reservado una particularmente inquietante, que suponemos, data del carbonífero inferior:




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(martes 19 de agosto de 2008)
Señales de tráfico insólitas (II)
(sábado 23 de agosto de 2008)


2 comentarios:

La Pantera Rosa dijo...

Hay quien afirma que los moa aún viven, pero desgraciadamente, hasta la fecha no hay pruebas de ello. Parece que estos esquivos animales extintos suelen ocultarse en zonas borrosas, lo cual dificulta mucho la tarea de los criptozoólogos que pretenden fotografiarlos.

Anónimo dijo...

kjajajka... ¡Buenísimo!