Un tal Jakob Nielsen, tras la publicación de su último informe anual sobre hábitos de uso de internet, ha puesto de manifiesto en unas recientes declaraciones recogidas en un artículo de BBC Mundo, su demencial visión particular de la red. Cito textualmente:
En opinión de Nielsen, los internautas merecemos tales calificativos debido a que navegamos eficientemente. A diferencia de lo que ocurría hace varios años, ahora sabemos lo que queremos y cómo conseguirlo, de modo que utilizamos las herramientas más potentes de búsqueda de la red (léase Google) para obtener información rápida y directamente. Por este motivo, no pasamos demasiado tiempo en una página concreta, lo cual parece ser poco menos que un acto delictivo a juzgar por los términos que utiliza Nielsen en sus declaraciones. En el resto del artículo, se dan algunos datos y porcentajes extraídos del informe pero no se añade nada relevante.Los usuarios de internet se están volviendo cada vez más impacientes, despiadados y egoístas cuando están navegando en la red
Lo cierto es que este experto (en el artículo se le llama gurú tecnológico) está terriblemente mal informado acerca de lo que es internet. En contra de lo que pueda pensar una gran empresa, no se trata de una red comercial global creada para hacer negocio. Internet es, desde su origen, una red mundial de información construida sobre la idea de que cualquiera pueda no sólo acceder rápidamente a cualquier dato que necesite sino también realizar sus propias aportaciones. Es precisamente esta máxima la que hace que internet merezca la pena.
Hace diez años, si un estudiante de secundaria necesitaba información sobre la ósmosis inversa para escribir un trabajo de clase o si un profesional de la investigación quería tener acceso a las últimas publicaciones científicas sobre, por ejemplo, funciones de distribución de Wigner, el primero debía contentarse con una escueta referencia en una costosa enciclopedia (bien en papel o bien en CD-ROM), y el segundo, buscar en la hemeroteca de la Facultad de Física durante horas para encontrar con mucha suerte alguna referencia publicada varios años atrás. Hoy en día sin embargo, basta con que ambos tecleen unas pocas palabras clave en la página principal de Google para obtener toda la información que jamás hubieran deseado totalmente actualizada, gratuita y en tan sólo una fracción de segundo. Eso es internet.
Nielsen opina que los internautas no pasan tiempo en los sitios corporativos que visitan debido a su egoísmo y su naturaleza despiadada y ve en ello un gravísimo problema. A mi juicio, sin embargo, cabría considerar que tal vez sólo se esté ofertando a los lectores sugerentes diseños gráficos e infinidad de widgets muy costosos económicamente, pero carentes de todo interés si no se acompañan de contenidos de calidad. Internet no debería consistir en engatusar al público para saturarlo de publicidad durante el mayor tiempo posible, como pretende Nielsen, sino en ofrecer algo de valor a los visitantes.
Lo que sí debo reconocer es que, en lugar de admitir el error y trabajar para corregirlo, es mucho más sencillo culpar de todos los males a esos despiadados y crueles internautas.
Les recomiendo también que lean (o relean) nuestro artículo de opinión dedicado a la piratería que en su momento titulamos: ¡Brindad compañeros, yoho...!
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