Esta semana nos adentramos en los dominios de Martin Scorsese con una de sus películas icónicas. La enigmática:
Taxi driver
Estamos ante una película de culto. Al menos reúne todos los ingredientes esenciales para serlo: un reparto de jóvenes desconocidos que acabaron convirtiéndose en grandes estrellas, una temática delicada y controvertida, una narración audaz que huye de los convencionalismos y una magnífica banda sonora.
Hay que reconocer que la historia es muy irregular. Scorsese aprovecha el comienzo, bastante flojo de por sí, para lucirse con la artillería pesada de su arsenal de recursos narrativos como el uso nervioso y muy poco elegante del zoom (muy de moda en los setenta por otra parte) o los saltos bruscos en el tiempo que imprimen un ritmo frenético a la cinta, intercalados entre largas tomas panorámicas con movimientos de cámara muy lentos, pasajes de voz en off narrados por Travis (el taxista interpretado por Robert de Niro) o las tomas distorsionadas y a cámara lenta de las calles de Nueva York desde el interior del taxi.
Pero, además Scorsese no está solo. Gran parte del mérito de la película, se debe a la soberbia interpretación de Robert de Niro en un papel dificilísimo, que logra hacer que parezca no sólo creíble sino además coherente (algo casi imposible). Destaca también el trabajo de una jovencísima Jodie Foster (con sólo 14 años entonces), que le valió una nominación al Óscar a la mejor actriz secundaria. Incluso Scorsese hace un pequeño papel. Es el marido engañado que Travis lleva en su taxi a casa del amante de su mujer cuando se disponía a matarla. También en el terreno de lo anecdótico, destaca el célebre peinado punk de de Niro que no formaba parte de los requerimientos del guión. Al parecer, el actor había estado preparando su papel trabajando de verdad en el turno de noche como taxista y se presentó el primer día de rodaje con ese exótico look que luce al final de la cinta.
A medida que la trama va avanzando, las explosiones de genialidad narrativa van disolviéndose, dejando paso a un estilo sobrio y correcto aderezado con demostraciones de calidad mucho más discretas aunque realmente notables como las conversaciones insustanciales sobre trivialidades que podrían sentar un precedente al cine de Tarantino o la forma cruda e irónica de afrontar el estallido final de violencia.
En principio podría parecer que esta no es una película del gusto del espectador tipo, que no disfruta especialmente con la forma sino que va buscando un contenido atractivo, pero lo cierto es que marcó época e influyó muchísimo no sólo en otros jóvenes directores del momento sino que también dictó el rumbo que tomaría posteriormente la carrera de Scorsese. Precisamente por eso, verla un par de veces es imprescindible para cualquier amante del buen cine contemporáneo, que seguramente no sería tal y como es sin la enigmática Taxi driver.
ALQUÍLALA EN...
1 comentario:
una película clásica. si.
por cierto mira este video de una imitación de taxi driver. se parece mucho.
http://mx.youtube.com/watch?v=jG0CNvq68Fc
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