Hoy nace una nueva sección en nuestro blog que dedicaremos a rendir tributo a la memoria de los gigantes de la Física, muchos de los cuales quedan relegados al anonimato incluso entre los propios físicos. Se trata de personajes que traen a la mente cuando mucho un par de ecuaciones bautizadas en su honor y ningún detalle sobre sus vidas, que en la mayoría de los casos podrían servir de inspiración a muchos jóvenes científicos.
El primero de nuestra lista, Oliver Heaviside es un claro ejemplo de esto. Su nombre trae a la cabeza de la mayoría de los físicos y matemáticos la conocida función escalón o sus aportaciones al cálculo operacional pero la historia de su vida es de lo más edificante. Huraño e introvertido, este físico autodidacta, tras trabajar como electricista algún tiempo (en aquella época los electricistas estaban la vanguardia de la tecnología) descubrió su vocación investigadora. Desde entonces, rechazó sistemáticamente todas las ofertas de trabajo que se le hacían. Eligió una vida austera, solitaria y extremadamente excéntrica y antisocial a cambio de libertad absoluta para sus investigaciones. "Nací filósofo natural, no inquieto ingeniero ni 'hombre práctico' en sentido mercantil" dijo en una ocasión. Heaviside sentía verdadera pasión por la Física. Una pasión que llegó a consumirle. Para conocer más detalles de la vida de este gigante de la Física, lean aquí su biografía. Pueden consultar también el completísimo artículo que le dedica la Wikipedia.
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