domingo, 10 de febrero de 2008

It's time

Ha llegado el momento de compartir con ustedes una de nuestras películas favoritas. La única e inimitable:

Play Time

Jacques Tati no fue tan sólo un cómico genial sino además,uno de los más grandes directores de todos los tiempos. Y para comprobar esto, nada mejor que ver Play Time: una ácida mirada, intensa y crítica (y aún hoy muy vigente) sobre la sociedad moderna.

En su cine, Tati nos muestra un mundo extraño, frío y deshumanizado plagado de formas geométricas imponentes de hormigón y cristal, visto a través de los ojos asombrados del entrañable y anticuado Mr. Hulot (su álter ego). La carencia absoluta de argumento en las historias, los planos largos con decenas de actores en escena, los escasísimos diálogos que se funden con el ruido de fondo y los gigantescos decorados cuidadosamente diseñados definen su estilo personal.

En concreto, con Play Time, Tati llama nuestra atención sobre los viajes maratonianos con escalas de apenas unas horas en cada ciudad. La película está dividida claramente en dos partes. En la primera, dominan las imágenes sugerentes y el ambiente reflexivo y silencioso. Prácticamente cada toma es una monumental obra de arte meticulosamente concebida e irreprochablemente ejecutada. El ritmo es muy lento. Hipnótico. Sobrecogedor. Vemos a un Mr. Hulot aturdido, perdido en un mundo que le es extraño.

En la segunda mitad de la cinta, Tati se luce como comediante. El tono cambia por completo. La narración se acelera y los gags se suceden a un ritmo furioso. Finalmente Mr. Hulot, consigue imponerse a la grisácea majestuosidad de la gran cuidad provocando una vez más el caos absoluto y tiñéndola de color y vida.

Esta fórmula no es extraña en el cine de Tati. En todas sus películas se repite exactamente el mismo patrón. Sin embargo, sí que es innovador el tono severo e intimista mantenido durante la primera hora del metraje. Y además, en Play Time, como en ninguna otra, la dificultad técnica de la dirección es enorme. El amante del cine ve esta película una, otra y otra vez sin dejar de asombrarse de la perfecta ejecución de lo que parece prácticamente imposible. No en vano, Tati empleó varios años en completar este proyecto.

A Play Time, la siguió Traffic que tuvo muy poco éxito aunque en mi opinión es también una obra maestra que comparte muchos de los puntos fuertes de Play Time. En dificultad técnica incluso la supera, ya que, Traffic contiene la secuencia de choque en cadena más espectacular jamás rodada en la historia del cine. Justo en la cúspide de su madurez creativa, Tati nos abandonó mientras ultimaba los detalles de la preproducción de Confusión, la que sería su última película. Según he leído, antes de los títulos de crédito, tenía pensado asesinar a Mr. Hulot para dejar que los jóvenes hermanos Mael (del grupo Sparks) ocuparan su lugar como protagonistas en la que hubiera su cinta más corrosiva.

No pierdan la ocasión de disfrutar innumerables veces de esta imprescindible película, que confieso, es mi favorita.

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